Con profunda alegría y gratitud, la comunidad educativa del Colegio Fasta Santo Domingo de Guzmán celebró sus 40 años de vida institucional, un camino fecundo donde Dios ha dejado su huella en cada paso, en cada persona y en cada proyecto compartido.
Durante este año jubilar, el lema “Somos fruto de tu gracia” nos invita a reconocer la presencia amorosa de Dios que, como buen labrador, ha hecho germinar en nuestra Colegio innumerables semillas de fe, servicio y compromiso.

Una historia que nació de un sueño y hoy es una creciente realidad.
El Colegio Fasta Santo Domingo de Guzmán nació del anhelo de un grupo de jóvenes matrimonios, miembros del Ruca Chapelco, que con fe, entusiasmo y la guía del Padre Fray Aníbal Fosbery, fundador de Fasta, dieron forma al sueño de crear en Córdoba una institución educativa inspirada en el carisma dominicano.
En 1985, el Jardín Maternal “Hilito de Plata” abrió sus puertas en una casa de familia de barrio Alto Alberdi, marcando el inicio de esta historia. Su nombre, inspirado en la huella del caracol, anunciaba el espíritu perseverante que caracterizaría al colegio: avanzar sin prisa, pero con firmeza, dejando huella y construyendo identidad.
Dos años más tarde, con la apertura del Nivel Primario, la comunidad eligió como patrono a Santo Domingo de Guzmán, maestro y guía espiritual de esta obra educativa que hoy reúne a generaciones enteras bajo un mismo carisma.

A lo largo de estos 40 años, el Colegio ha visto crecer sus raíces y extender sus ramas. Los primeros fundadores hoy son abuelos de nuevos alumnos; los egresados regresan como docentes o padres de familia; y tantos educadores y colaboradores siguen ofreciendo su trabajo con alegría y esperanza, descubriendo en esta misión algo más profundo que un empleo: una verdadera Comunidad Eclesial.
El corazón de cada alumno es tierra fértil donde se siembra la fe, la cultura y los valores que harán grande a la Patria. Formar ciudadanos con vocación de servicio, amor y compromiso con el bien común ha sido, desde el inicio, la meta que orienta nuestro camino.

En esta celebración, elevamos una oración agradecida al Señor por los frutos de estos 40 años, por quienes dieron los primeros pasos y por quienes hoy continúan sembrando vida y esperanza en esta casa.

Con el ejemplo de Santo Domingo, alegre predicador de la verdad, y bajo la mirada maternal de Nuestra Señora del Rosario, que podamos seguir caminando juntos, con el corazón encendido y la mirada puesta en el cielo, entregados a la misión de educar y evangelizar.
Gracias, Señor, por llamarnos a tu siembra.
Gracias por los frutos de esta tierra: tu Colegio Fasta Santo Domingo de Guzmán.